Esta va a ser la última entrada en unos días, os dejo descansar y me tomo yo un descanso... Nos lo merecemos.
Y para esta breve despedida os dejo un postre sano, bastante ligero y rico, rico.
Me gusta mucho hacer postres con frutas.. ya os habréis dado cuenta, y las peras son tan apetecibles.
Tengo que dejaros proximamente un Tatín de peras delicioso, pero en estos días que estoy tratando de cuidarme un poco, estas peras me han parecido estupendas.
A ver que os parecen .
Como me gusta visitar con demasiada frecuencia el mercado y encuentro auténticas joyas, casi siempre termino comprando demasiado y una vez a la semana tengo que hacer revisión de existencias.
Recordé que tenía unas peras estupendas y aunque tuve que resistirme para no hacer el Tatín, la verdad mereció la pena.
Que usé?
6 peras
15 gr. de Maizena
1/2 litro de leche
25 gr. de mantequilla(yo no le puse)
2 yemas
150 gr. de azúcar
Modo de hacerlo
Las 6 peras que sean iguales de tamaño, se mondan sin quitarles el rabo y las ponemos en una placa o fuente espolvoreada de azúcar, se puede poner los 25 gr de mantequilla pero yo lo no hice. Las metemos en el horno hasta que están asadas y dorado el azúcar.
En un cazo ponemos la maizena, las yemas y 75 gr. de azúcar. Mezclamos con un batidor y agregamos la leche hirviendo. Acercamos al fuego de nuevo y mantenemos unos minutos siempre moviendo con las varillas, se retira antes de que esté muy espeso y ponemos en una fuente, yo use una redonda y con fondo.. pero la que os guste mas.
Colocamos las peras con una cierta simetría alrededor de la fuente.
Recogemos el azúcar que quedó en la placa de asarlas, añadimos una cucharada de azúcar y tres de agua y dejamos dar un hervor hasta que se deshace el caramelo, que con una cuchara echamos por encima de las peras.
Espectacular de sabor, de suavidad de color. Que lo disfrutéis!
A la vuelta mas y mejor, espero traer algún plato exótico que nos guste a todos.
Nos comemos el mundo!